miércoles, 30 de enero de 2013

Pablo Alborán "Aún soy un Aprendiz".

La periodista Marian

a Zucchi, del Diario Argentino "El Clarín", le realizó una entrevista a Pablo Alborán, donde el mismo expresa que aún es un aprendiz en el mundo musical.



11.01.2013 |
mzucchi@clarin.com


Un malagueño de apenas 23 años que, con menos de dos de carrera, ya colecciona tres discos editados. “Yo me siento el pequeño intruso, el novato, al que los músicos tratan como al hermano menor. Me cuidan. Y está bien. Aún soy un aprendiz”, dice de paso por Buenos Aires.


El aprendiz avisa que apoya su éxito en algo más que su rostro de modelo publicitario. Lleva como estandarte una formación musical desde los siete años, que no sólo consistió en estudios de piano, guitarra y canto lírico, sino, remarca, en horas de tímpanos destinados a “Carlos Gardel, Edith Piaf, John Barry, Paco de Lucía, Charles Aznavour, el paso doble, el flamenco, la música napolitana y la portuguesa”. Mientras guitarreaba por Málaga, un periodista vecino le presentó a un productor de EMI: “Hoy vivo en una burbuja maravillosa. Tengo las emociones a flor de piel, estoy estimulado, más vivo que nunca. Vivo conociendo lugares, personas. En tres semanas, estuve en Madrid, Portugal, Lisboa, Oporto, Nueva York, Las Vegas, Chile, Buenos Aires. No paso más de dos días en la misma ciudad”.


“Vivo en el aire”. ¿Te preocupa perder lo terrenal?


No. Porque mis costumbres no cambiaron. Soy el chico de 23 años que no tiene necesidades monetarias ni de fama. Nada me va a cambiar. En el fondo, yo quiero estar en mi casa, con los que quiero. Sólo busco vivir dignamente de la música.


La primera vez que llegó a Buenos Aires, en 2011, lo hizo gracias a Pablo Echarri.


Hoy, con fans club en Argentina, Rumania, los Estados Unidos y Portugal, sigue su promoción como hormiguita y factura como pocos. Aunque no se hace cargo de su estampa de galán y de cuánto puede haber ayudado ese porte en su ascenso: “Nunca me planteo eso. La gente te debe seguir por la música. El día que desafine, no estarán aquí. Hay que seguir estudiando. En cuanto pare con la vorágine, tengo pensado volver a estudiar”.


Lo suyo es la balada, pero se anima a algo más que el pop. “En mis canciones hay flamenco, giros orientales, bolero, folclore napolitano, algo de tango. Hay una tendencia a lo artificial y yo prefiero lo artesanal. Yo no me creo este momento. Siempre pienso en qué pasaría si no puedo volver a trabajar de esto más”, confiesa.


¿Y qué pasaría?

No dejaría de componer, al menos para mí. Pienso en lo de ser el más vendedor el año pasado y el anterior y no me gusta ni decirlo, porque me parece exagerado y difícil de asimilar. Estoy en proceso de asimilación y de agradecimiento. Ahora es cuando todo es más difícil. Hay que trabajar el doble. Todo es tan inestable. Y me siento pequeño.

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